Muchas de las personas a las que he podido ayudar con mi trabajo en MERCADEOGLOBAL.COM se sorprenden cuando conocen los detalles de la historia que me llevó a involucrarme con el Internet. Lo que más les llama la atención es que yo no estudié algo relacionado con sistemas o administración: soy sicólogo. Lo que ocurre es que siempre fui un apasionado por todo lo relacionado con la tecnología y, además, toda la vida fui autodidacta.

Fue por allá en 1996, cuando todavía vivía en Colombia, que tuve mi primer contacto con los precursores de Internet: Compuserve y el servicio de AOL. Entonces, se me abrió un mundo de posibilidades y no tardé en darme cuenta de que había abierto una puerta que me conducía hacia el futuro. Investigué mucho sobre el tema y, por mi vena de autodidacta, aprendí por mi cuenta. Arranqué por la parte técnica y lejos estaba de pensar que iba a terminar en esto del mercadeo.

Mis primeros pinitos fueron en 1997, cuando me contrataron de la Federación Colombiana de Patinaje para hacer la difusión de un certamen llamado Copa Mundo. Mi propuesta fue hacer una transmisión en vivo, que en ese entonces no significaba mostrar en vivo las competencias, sino mostrar los resultados, fotos y comentarios una vez concluyera cada prueba. Eso era lo que, en esa época, llamábamos «en vivo». Fue una experiencia genial porque me dio la oportunidad de aprender de la parte técnica.

Como ya estaba convencido de que esto de Internet era el futuro, lo que yo quería hacer, empecé a capacitar a profesores universitarios y de colegio. Fue una labor interesante, aunque también frustrante, porque parecía que les estuviera hablando en chino; no me entendía. Afortunadamente para mí, se dio la oportunidad de venir a Estados Unidos y aproveché la oportunidad para capacitarme más.

Ya estando aquí, se dio ese toque de suerte que uno siempre necesita para alcanzar el éxito. Lo primero que hice en Internet fue un directorio de recursos de Colombia, bilingüe. Una sección que siempre generó tráfico constante fue la dedicada al escritor Gabriel García Márquez (Gabo). En esa época, no tenía claro cómo era posible desarrollar un modelo de negocio, no tenía productos, no tenía una guía; todo estaba por descubrir, por explorar, y lo fui haciendo poco a poco.

Entonces, y ahí fue que me tocó la barita de la suerte. Nació algo que hoy es muy popular: los programas de afiliados. Yo comencé a meter publicidad de Amazon.com en esa sección del directorio y de pronto me di cuenta de que vendía una gran cantidad de libros de Gabo en todos los idiomas. Descubrí que había un mercado e hice una lista de distribución por correo electrónico. ¿Cómo? Conseguí los e-mails de personas interesadas en la obra de García Márquez, ofreciéndoles temas relacionados. Fue ahí, entonces, cuando me involucré en temas como el de que el dinero en Internet está en la lista, cómo construir relaciones y demás.

Vino, entonces, el siguiente golpe de suerte. Ese directorio colombiano lo tenía alojado en una empresa que me daba una mega de hospedaje gratuito (y pensar que hoy en ese espacio a duras penas me cabe un video). A ellos les llamó la atención que el directorio fuera bilingüe y que hubiera desarrollado tanto tráfico; honestamente, nunca supe cómo lo conseguí. Me contrataron para ser el representante hispano de su empresa de hosting. Gracias a ellos, aprendí mucho acerca de otros aspectos de la técnica, pero, sobre todo, del marketing en Internet.

Como buen autodidacta, aprendí a punta de prueba y error. Leía los boletines electrónicos de los colegas, investigaba, leía. Hoy, puedo decir que la clave de mi éxito fue que me involucré en una actividad que me apasiona, primero, y que no tenía la necesidad inmediata de generar dinero, segundo, pues era algo que tomaba como una especie de juego, como un aprendizaje. Luego llegó el valor agregado: empecé a generar dinero por esa vía. De ahí en adelante, viví en carne propia aquello de que ‘la práctica hace al maestro’.

Fue un proceso duro y largo. Caía y me levantaba; volvía a caer y me levantaba de nuevo, y así sucesivamente. Algunos de los colegas que comenzaron conmigo eran muy buenos, pero quizás no tuvieron ese componente de paciencia, de constancia, de perseverancia. Si hubieran durado un mes más, a lo mejor todavía estarían jugando en este campo. Hoy, por fortuna, todo marcha de maravillas y, lo mejor, puedo hacer mi trabajo, el que me gusta, desde mi propia casa o desde cualquier lugar del mundo.

Lo jocoso del caso es que muchos de mis seguidores están convencidos de que MERCADEOGLOBAL.COM es una verdadera multinacional con decenas de empleados (secretarios, redactores, traductores, vendedores), con unas oficinas grandes y elegantes, y nada de eso es así. Alguna vez, un colega llegó desde San Francisco y lo llevé a mi casa; insistió mucho en conocer las instalaciones de la empresa. Cuando le dije que claro, que no había problema creyó que íbamos a salir y lo único que hicimos fue pasar de la sala a la habitación donde tengo mi oficina; ¡no lo podía creer!

Esta es una de las maravillas del Internet: cuando un crea un sistema y lo hace funcionar de la manera adecuada, él se encarga de traer los ingresos de manera automática. Así, entonces, uno puede trabajar literalmente desde cualquier lugar del mundo. Eso es algo muy importante, siempre y cuando se sepa hacer.