Es una mujer que rompe los moldes y que no conoce de barreras, más allá de que, por supuesto, debió superar mil y un obstáculos antes de alcanzar el reconocimiento de sus pares y la admiración de la industria.

Marissa Mayer fue la primera mujer que se unió al equipo de Google, por allá en 1999, y recientemente salvó a Yahoo! de la desaparición: concretó su venta a Verizon por 4800 millones de dólares.

Nacida en Wausau (Wisconsin), el 31 de mayo de 1975, hija del ingeniero ambiental Michael Mayer y de la maestra de arte finlandés Margaret, desde pequeña Marissa destacó por su inteligencia y, en especial, por su gusto por las matemáticas.

Una atractiva rubia de ojos azules, se definió en una entrevista como “una persona muy tímida” y quienes trabajaron con ella dicen que es “una perfeccionista que cuida hasta el último detalle”.

Se graduó con honores en ingeniería de telecomunicaciones en Stanford, la misma universidad a la que asistieron los fundadores de Google y Yahoo!, una afinidad que a finales del siglo pasado le abrió las puertas del buscador.

Por aquel entonces, sin embargo, Google estaba lejos de ser el monstruo actual y apenas era un emprendimiento, el sueño de un grupo de entusiastas jóvenes. Ingresó en el verano, como becaria.

La venta de Yahoo! marcó el final de un ícono de internet y de la tecnología.

Fue la empleada número 20 de la compañía y la primera mujer ingeniera. Por supuesto, a pesar de su talento y del apoyo de los dueños que vieron en ella un gran potencial, enfrentó las dificultades propias de una mujer inteligente en un ambiente dominado por los hombres.

Eso, no obstante, le sirvió para mostrar que además de talento también tenía carácter, personalidad y convicción, virtudes que la convirtieron en una de las consentidas del grupo.

Aunque tenía una sólida formación académica, Marissa brilló en Google por una prodigiosa memoria y sus reiterados aciertos en un campo que resultó trascendental para el desarrollo de la empresa: el diseño y la experiencia del usuario.

Gracias a su aporte, Google avanzó a pasos agigantados y se convirtió en el gigante de internet que hoy conocemos y disfrutamos. Fue ingeniera, diseñadora, directora de producto y ejecutiva, en clara muestra de su talento.

Si funcionalidades como Google Image Search, Books, iGoogle, News, Gmail, Maps, Earth Zagat o Street View son parte de tu experiencia en internet, debes darle las gracias a Marissa, pues ella fue la gestora de esos proyectos. “Es una inigualable gestora de talento, aunque a veces puede ser brusca con quienes la rodean”, revelaron a la prensa algunos de sus excompañeros de Google.

Soy muy sincera y siento que puedo expresar mis ideas”, argumento ella, por su parte. Las búsquedas, sin embargo, fueron su fuerte en la compañía. Lideró ese departamento en el que desenvolvió con gran naturalidad, como si fuera un juego.

Los motores de búsqueda son como mi infancia. Logramos grandes avances y hoy con ellos se puede hallar fotos, páginas, libros, lo que se quiera. Es un avance científico semejante a los que se produjeron en los siglos XVIII o XIX”, dijo una vez en una entrevista.

Mayer fue la primera mujer del equipo de Google, y su gran impulsora.

Más allá de esos incuestionables logros, Marissa dejó una profunda huella en Google.

Trabajaba 130 horas a la semana, dormía en las salas de siesta dispuestas para tal fin y tenía horarios estrictos para ir al baño y para ducharse.

Además, al menos una vez a la semana trabajaba toda la noche, “porque era más seguro quedarse en la oficina que salir a buscar tu automóvil a las 3 a. m.”, relató alguna vez.

A mediados de julio de 2012, cuando era una de las caras visibles de Google, sorprendió al mundo al anunciar que dejaba atrás al gigante de Silicom Valley y se trasteaba a Sunnyvale, a ocupar el cargo de CEO de Yahoo!

Llegó en momentos álgidos, luego de la salida de varios altos directivos y con el futuro de la empresa comprometido. “Es un reto monumental”, les dijo a los medios en aquel momento.

En Yahoo!, una empresa que reinó en los años 90 primero como un popular buscador y luego por la generación y distribución de contenido y por el servicio de correo electrónico, Marissa cristalizó el sueño de toda mujer: combinar a la perfección los roles de trabajadora exitosa y esposa y madre dedicada. De hecho, cuando llegó a la compañía estaba embarazada y solo unos días después del parto regresó a su oficina, con su bebé cargado en brazo.

“En algún momento, era la cabeza de Yahoo!, estaba a cargo del directorio, gestionaba su recuperación y simultáneamente fungía como madre de un niño de 3 años y bebés gemelos, además de esposa. Cada uno de esos trabajos es ‘full time’, te consume al máximo”, confesó en una entrevista.

No fue fácil, por supuesto, especialmente porque “hay muchos prejuicios sobre la maternidad y sobre las mujeres exitosas en el mundo laboral que son madres”, explicó.

La compra de Flickr no alcanzó para evitar la venta de Yahoo!

A diferencia de lo que los expertos del mundo de la tecnología anticiparon, Marissa empleó una estrategia agresiva a su llegada a Yahoo!

Lo que se recomendaba era prudencia, dadas las precarias finanzas de la compañía, pero ese no es su estilo, e hizo gala de aquella conocida frase del ámbito del fútbol: “No hay mejor defensa que un buen ataque”.

Y ella atacó, vaya si atacó. Compró Flickr, una web que combina la búsqueda con la venta de fotografías y videos, que además pueden ser compartidos.

Después le sumó Tumblr, una plataforma de microblogging en la que es posible publicar textos cortos combinados con imágenes, videos, enlaces y hasta archivos de música mp3.

No todas sus apuesta fueron ganadoras, en todo caso, y hay quienes discuten el éxito de Marissa al frente de Yahoo!, en vista de que no pudo evitar su venta. Ella, sin embargo, defiende su gestión.

Fueron cinco meses de duras negociaciones, llenas de dificultades especialmente por la insistente presión de los inversionistas de Yahoo!, cansados de acumular pérdidas durante casi una década.

El trato puso fin a poco más de dos décadas del otrora buscador como empresa independiente y desde comienzos de este año se fusionó con AOL, el antiguo America Online, otro gigante adquirido por Verizon.

Esta empresa compró el 85 por ciento de los activos, correspondientes a los bienes digitales, y la matriz se quedó con el restante 15 por ciento, que adquirió el nombre de Altaba, fruto de la combinación de Altavista (otro buscador desaparecido) y Alibaba (el grupo del chino Jack Ma, máximo accionista de la firma de Sunnyvale). Pero, no son activos despreciables: son la mayor parte de la capitalización bursátil de la firma, que asciende a 36 000 millones de dólares.

El futuro de Mayer es incierto, pero la industria necesita su talento.

Un nombre icónico de internet desde sus inicios, Yahoo! corrió la misma suerte de otras empresas que ayudaron a popularizar la red.

En algún momento fue valorada en 100 000 millones de dólares y en 2008 rechazó una oferta de compra de Microsoft, de 44 000 millones de dólares.

Cuando parecía irse a pique para configurar uno de los desastres más grandes de la industria de la tecnología, apareció Marissa para, como se dice popularmente, ‘salvar los muebles’.

El futuro de la empresaria es incierto, pues si bien desde que se anunció la venta manifestó su intención de permanecer en la compañía (“Amo Yahoo! y creo en ustedes”, dijo en una sentida carta a los empleados), según expertos su salida es inminente.

Lo único seguro es que, si se va, la industria extrañará a una de sus más brillantes ejecutivas, una de las responsables de lo que hoy es internet y la mujer que pudo ser madre, esposa y exitosa ejecutiva a la vez.