“Ni muy muy, ni tan tan”, decían las abuelas en tiempos pretéritos, de aquellos que se quedaron perdidos en el pasado, en el siglo XX. Querían decir que ni tan poco, ni tanto, es decir, nada de extremos. Hoy, sin embargo, son muchos los emprendedores a los que todavía se les enreda la pita con ese dilema: ¿Muy muy o tan tan?

La decisión de empezar un negocio es, sin duda, una de las más importantes en la vida de un emprendedor. Y, por supuesto, una de las más difíciles. Cuando uno les dice a los familiares que va a emprender, lo miran como si acabara de salir del clóset. “Mijo, deje de pensar pendejadas. Vaya y estudie, que esa es la única forma de salir adelante en la vida”, te dicen.

Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

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Yo conté con la suerte de que mis padres me apoyaron, aunque también es justo decir que me miraron como si padeciera una enfermedad rara. Superado ese obstáculo, que para algunos es debut y despedida, la siguiente meta era dar el paso de montar mi negocio. Y, claro, no tenía recursos económicos, aunque sí mucha pasión, vocación de servicio y decisión.

Traigo a colación este tema porque hace poco, en una de esas siempre interesantes charlas de pasillo en un evento al cual fui invitado, un joven me preguntó qué debía invertir para empezar su negocio. Lo más simpático es que no le hablé de dinero, que era su gran temor, sino de esos intangibles indispensables que a veces no valoramos: tiempo y esfuerzo.

Lo que es perfectamente claro es que empezar un negocio en internet hoy es mucho, pero mucho más fácil y económico que era hacerlo hace dos décadas, cuando yo me inicié. La tecnología ha avanzado a pasos agigantados, los recursos de han multiplicados, los costos se han reducido considerablemente y, lo mejor, hay muchas personas que te pueden enseñar.

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Invierte en ti: haz deporte, mantente saludable y lleno de energía.

Y, créeme, antes no era así. Si a mí me pagaran un centavo de dólar por cada minuto que en esa época invertí en mi proyecto, no necesitaría trabajar más el resto de mi vida. No, al menos, en busca de una recompensa económica. Fueron días enteros, semanas enteras, meses enteros, años enteros dedicados a forjar el sueño, hasta que dejé atrás el último de los obstáculos.

Mucho de ese tiempo fue dedicado a la formación, al aprendizaje. Lectura, consulta de videos, asistencia a eventos, cursos. Por supuesto, no todos los que hubiera querido, porque el dinero no alcanzaba para tanto. Contrario a lo que algunos podrían pensar, no reniego de esa época: agradezco lo dura que fue, porque forjó lo que hoy soy como persona y emprendedor.

¡Es mentira!, no lo creas

Si alguien te ha dicho que puede iniciar tu negocio en internet sin invertir, te miente de manera desvergonzada. ¡Nada en la vida es gratuito, menos el aprendizaje y la prosperidad! Si no siembras, jamás vas a cosechar. Son tiempos difíciles, es cierto, porque se trabaja mucho, se sufre, se proyecta, se prueba, y los resultados no se ven.

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Invierte en ti: estudia, capacítate, mantente actualizado.

Afortunadamente, mis mentores fueron muy honestos al aclararme que es imposible hacerse rico de la noche a la mañana (salvo que te ganes la lotería, y no la compro). Más bien, me motivaron y me ayudaron para que invirtiera aquello que tenía (ganas, esfuerzo, mentalidad, pasión y un poco de dinero) sin que el riesgo de perderlo todo fuera elevado.

No te desanimes, en todo caso. Como te dije, los costos operativos se han reducido considerablemente. De hecho, el montaje de una página es barato y los costos del hospedaje es bastante asequible. Eso sí, a medida que tu negocio crece, también tienes que ampliar capacidad, añadir servicios y funcionalidades, y eso cuesta un poco.

Lo primero, sin embargo, es lo primero: el conocimiento. Si quieres que el mercado te vea como un experto, como alguien capaz de enseñarle y guiarlo, debes demostrar que sabes, que posees conocimiento. Invierte tanto como puedas, y procura que sea justo en lo que necesitas. Después viene lo otro, lo operativo, que se puede solventar de diversas maneras.

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No importa cuánto dinero tienes para empezar tu negocio. Invierte en ti.

Conclusión: entiende que el mejor recurso con que cuentas, el más valioso, el único insustituible, eres tú mismo. Antes de sacar la chequera y adquirir servicios y equipos, invierte en ti. Fórmate, aprende de la experiencia de otros, madura tu conocimiento, consolídate como la mejor opción para el mercado. Lo demás viene después.

Esa promesa de volverte millonario en corto tiempo con un negocio en internet es un engaño. ¡No lo creas! Dedica ese tiempo, esos recursos, esas energías en capacitarte, en planear tu negocio, en investigar el mercado. Si lo haces bien, te aseguro que después recibirás la recompensa: los clientes que sustentarán las inversiones para el futuro.