Se nos fue enero, se nos evaporó rápidamente. Pero, déjame decirte, aproveché todos y cada uno de esos 31 días. La actividad fue intensa, pero también muy enriquecedora. Ya hice mi primer viaje del año: estuve en Vigo, comandando con mi amigo Benlly Hidalgo el Congreso Somos Emprendedores Digitales.com. Fue una experiencia inolvidable.

Hola, soy Álvaro Mendoza, director de Mercadeo Global, y estoy aquí para cumplir una nueva cita contigo. Este primer mes de 2018 me confirmó una premisa que aprendí hace tiempo, pero que no pierde vigencia: aquella de que la inversión más rentable del mundo, la más provechosa, la que mayor retorno te ofrece, es aquella que haces en ti.

Un tema es aquel de los propósitos de Año Nuevo, que casi nunca (por no decir que nunca) se traducen en acciones reales. Y otro bien distinto, y más importante, es el de los compromisos que haces contigo mismo. El propósito es una idea que tienes, que eventualmente se cumple o, simplemente, se echa al olvido. Puede ser o no ser.

En cambio, el compromiso es un reto. Es como cuando adquieres el hábito del ejercicio porque deseas estar en forma, bajar de peso y sentirte más saludable. Es mucho lo que está en juego, ¿cierto? Tu salud, tu bienestar, tu lucidez mental, tu buen genio. Son incontables, y casi todos positivos, los efectos de hacer ejercicio con regularidad.

Mercadeo Global - Álvaro Mendoza

Invierte en ti, en conocimiento, en tu preparación, en ser competente.

Cuando tú tomas la decisión de ir al gimnasio o de salir a rodar en bicicleta o de practicar dos horas de tenis dos veces a la semana no lo haces porque tienes una idea. Lo haces, sencillamente, porque estás comprometido con tu salud. Quieres cultivarla, quieres fortalecerla, quieres que sus beneficios se reflejen en una mejor calidad de vida.

Esa, sin duda, es una actitud que tarde o temprano te llevará al éxito y a la felicidad. Quizás se antoje como un camino más largo y más difícil que otros, pero te aseguro de que es más provechoso. Comprometerte con lo que realmente te interesa tiene un efecto inmediato que es poderoso: te impulsa a la acción. ¡Sí, te anima a dar el primer paso!

Cuando es solo un propósito, la idea te da vueltas en la cabeza una y mil veces, y mil veces más, pero nada más ocurre. Después, quizás, te aburres de esa idea y simplemente la cambias por una que te parece mejor. Y vuelve a comenzar el proceso, que se repite sin cesar. Sin embargo, difícilmente, muy difícilmente, tomarás acción.

Si aún no te has comprometido con algo para este año, te propongo tres opciones que, sin duda, te interesarán. La primera, que inviertas en tu formación. Sí, que te capacites en aquello que te apasiona, que des un paso adelante para ser más competente y más competitivo en el mercado. Que te conviertas en un verdadero experto en la materia.

La segunda, que inviertas en infraestructura. ¿Cómo quieres alcanzar tus objetivos si no tienes las herramientas adecuadas? En qué invertir depende del trabajo que desarrolles, pero es una necesidad. Y la tercera es que inviertas en tiempo y libertad. Si estás respaldado por un buen equipo, dispondrás de tiempo y libertad para disfrutar la vida.

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Invierte en un equipo que te dé libertad y te permita ganar tiempo para lo que te gusta.

Warren Buffett es un famoso empresario e inversionista estadounidense que ocupa el tercer lugar en la lista de los hombres más ricos del planeta, según la revista Forbes. Tiene una frase que me encanta, porque resume perfectamente el sentido de la inversión: “Todo lo que inviertes en ti lo recuperas multiplicado por diez”. Genial, ¿cierto?

Supongamos que inviertes 1.000 dólares. ¿Te parece un buen retorno de la inversión recibir 10.000 dólares? ¡Claro, es un excelente negocio! Imagínate esto en el plano del aprendizaje: adquieres un conocimiento, lo compartes y regresa a ti multiplicado por diez. Eres rico, inmensamente rico. Millonario de la manera más increíble que pueda existir.

Invertir en formación no solo significa leer los libros de los autores de moda en el campo del emprendimiento. Tampoco consiste únicamente en tomar cuanto curso te ofrezcan por internet. Se trata, fundamentalmente, de adquirir el conocimiento específico que te permitirá acortar la curva de aprendizaje y convertirte en la referencia de tu industria.

¿Cómo hacerlo? Asiste a eventos presenciales en los que estén los referentes del mercado, personas con reputación comprobada y credibilidad. De esos que ya transitaron el camino que tú deseas recorrer y alcanzaron los sueños que tú acuñas. Consigue un mentor de verdad, no un charlatán virtual: uno que te pueda enseñar con su ejemplo, con su éxito.

Invierte en la infraestructura que sea necesaria para sacar provecho de ese conocimiento, de los dones que te dio la naturaleza, de tus talentos. Computadores, cámaras de video o fotográficas, ropa, una oficina dotada, un plan de internet móvil de alta velocidad. Aquello que te dé la posibilidad de rentabilizar tu conocimiento, que te haga un gran profesional.

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Invierte en aquello que te permita sacar réditos de tus talentos.

Invierte también en adquirir el tiempo que necesitas para vivir la vida, para disfrutar de tu familia, para gozar de lo que te apasiona. ¿Cómo hacerlo? Conforma un equipo profesional y proactivo que esté alineado con tu visión, tus valores y tus sueños, y en el que puedas confiar tareas que son importantes para tu negocio. ¡Escoge a los mejores!

Recuerda: ya estamos en febrero y no puedes permitir que 2018 pase frente a tu nariz sin hacer lo que sea necesario para cambiar tu vida. Comprométete con aquello que te permitirá subir al siguiente nivel y transformarte en ese modelo de éxito, prosperidad y felicidad con que sueñas. Da el primer paso, que yo te acompaño el resto del camino…

Hasta pronto.