Como mentor, no hay algo que me provoque más felicidad que compartir los éxitos de mis discípulos, ver cómo progresan, constatar que cumplen sus sueños y gozar cuando abren las alas y alzan el vuelo.

Uno de esos casos de éxito que más me satisfacen, que más orgullo me provocan, es el de mi amigo HyenUk Chu, al que quizás tú también conozcas, pues es un asiduo asistente a mis eventos y conferencias.

Lo invité en esta ocasión para que comparta contigo su experiencia con los webinarios, una herramienta que él comenzó a usar hace un poco de dos años y que hoy es parte vital de su estrategia de marketing.

Sus conceptos son muy valiosos no solo porque ha sabido sacarle provecho a las ventajas y beneficios que ofrece esta tecnología, sino también porque recorrió un camino muy parecido al que posiblemente tú transitas.

“Mi primer ‘webinario’ fue el 8 de diciembre de 2014. Nunca antes había usado esta tecnología, pero seguí el consejo de Antonio Benito, de Chile, el mismo que me había recomendado asistir a LMDI de ese año. La usé porque invité a Sebastián Foliaco para una entrevista sobre secretos financieros”, contó.

Aunque solo unas horas antes había festejado la Noche de las Velitas, esa experiencia no fue una fiesta para Chu.

La preparación es la clave para que tu ‘webinario’ tenga éxito, según Hyenuk Chu.

Si bien el objetivo era ayudarle a Sebastián en la venta de su producto, el webinario le dejó a Chu múltiples enseñanzas que hoy todavía agradece:

“Aunque no entendía muy bien cómo funcionaban esas plataformas, aprendí a usarlas (trabajó con Webinarjam).

No sabía de las configuraciones, solo que debía tener una página de registro y que había que enviar invitaciones para que las personas se apuntaran en el ‘webinario’”, explicó.

Fue un final feliz, sin duda, pero el proceso no fue un camino tapizado de pétalos.

¿Por qué? Porque Chu, como muchos otros que han usado esta herramienta, se sentó frente al computador a la hora prevista y comenzó la transmisión.

Aunque, quizás, sería más acertado decir comenzó a sufrir la transmisión, porque pronto se dio cuenta de que estaba desarmado, de que no estaba preparado para una eventualidad.

“Aprendí que antes de hacer ese primer ‘webinario’ debería haber hecho un demo, una prueba en vivo. Entendí que para tener éxito con esta herramienta es necesario preparar al menos lo básico”.

Esa improvisación, sumada al miedo escénico que produce estar frente a la cámara, es la razón por la que muchos webinarios no alcanzan los objetivos previstos, un mal que nada tiene que ver con la herramienta, sino con el uso que se le da.

A pesar de esas dificultades, Chu no duda en recomendar su uso.

“El mayor beneficio que ofrecen los ‘webinarios’ es poder conectar a cientos de personas ubicados en diferentes lugares del mundo sin tener que desplazarse físicamente. También, invitar a diferentes personalidades que están lejos de ti, como panelistas o como entrevistados, para ofrecerles a los clientes un contenido de calidad”, explicó.

La primera experiencia de Chu con los ‘webinarios’ no fue feliz. Hoy, no puede dejar de usarlos.

Para Chu, lo mejor de los webinarios es que “puedes generar un evento en línea en cuestión de minutos y a costos considerablemente bajos en comparación con un seminario presencial”.

Si alguna vez invitaste a un experto a un evento, pero debiste aplicar la reversa al conocer la cifra que te cobraría por asistir, sin duda estarás de acuerdo con Chu: ni siquiera tienes que estar en el mismo lugar del invitado para aprovecharlo.

¿En qué radica el poder de los ‘webinarios’? ¿En qué es mejor que otras herramientas?

“El poder de los ‘webinarios’ radica en tener una cercanía real con el participante, así estemos separados por miles de kilómetros.

Esta herramienta, además, te da la posibilidad de interactuar con los asistentes a través de preguntas y respuestas, hay una retroalimentación instantánea.

Inclusive, hay algunas plataformas que permiten invitarlo como panelista y es posible compartir su pantalla”.

Los usos más recomendables, según Chu, son las capacitaciones y las ventas, pero con una condición: “Que se ofrezca el contenido ideal para el público”.

Ese, sin duda, es el aspecto en el que más gente falla a la hora de hacer un webinario, junto con la improvisación de la que hablábamos al comienzo. Entonces, nunca te olvides de este consejo de un experto como Chu: “El éxito radica en la preparación y el contenido”.

¿Cómo ha sido la experiencia con los clientes en los ‘webinarios’? ¿Qué retroalimentación ofrecen: les gustan?

“La experiencia con los clientes en los ‘webinarios’ ha sido monumental, de doble vía: tanto por lo que nosotros aprendemos de las necesidades de los clientes como de lo que ellos se enteran acerca de las novedades de la industria o de las dudas que aclaran sobre sus inquietudes más comunes. Simplemente, a nuestros clientes les encantan los ‘webinarios’”.

Chu recomienda hacer un demo, una prueba antes de lanzarse al agua, para corregir errores.

Después de pagar la primiparada aquel 8 de diciembre de 2014, Chu se esmeró en conocer mejor esta herramienta, hizo algunos ensayos previos y se dio cuenta de que tenía en sus manos un aliado muy poderoso para su negocio.

“Para nosotros, los webinarios son algo primordial. Son la parte frontal del marketing. En ningún momento podríamos dejarlos de usar y obtener los mismos resultados”, aseguró.

Para terminar, ¿qué recomendaciones les harías a quienes no han usado los ‘webinarios’ y quieren intentarlo?

“Lo primero sería que se animen, que arranquen a usar la herramienta, así no conozcan cómo funciona. Les recomendaría que antes de hacer un ‘webinario’ en vivo se tomen el tiempo y realicen uno o dos con su equipo de trabajo o con un amigo, para practicar y darse cuenta de los errores que comete un principiante, y evitarlos en la realidad”.

Seguramente, alguna vez me escuchaste decir que en el mundo de los negocios no hay reglas establecidas, ni libretos perfectos.

El éxito consiste en un permanente prueba y error, prueba y corrección, tal y como lo hizo Chu con los webinarios. Él, como tú, sentía miedo y tenía prevención a usar esta tecnología, pero una vez lo hizo ya no pudo separarse de ella.

Por si no lo sabías, los webinarios podrían ser tu media naranja perfecta…