Todo negocio exitoso por lo general empieza con un sueño. Los grandes emprendedores que han revolucionado al mundo tuvieron una idea, un sueño que pudieron visualizar y a diferencia de muchos, ellos tuvieron la capacidad de concretar ese sueño y volverlo realidad.

Siempre dicen que hay que tener sueños grandes, pues el éxito es del tamaño de sus sueños, igual no le cuesta más si sueña en grande. Yo sé que hoy está pensando en empezar un negocio y que quiere una respuesta sobre cuál debe ser ese negocio. La respuesta es muy sencilla, empiece un negocio que ame o del que pueda enamorarse.

Gran parte de su tiempo lo va a pasar en su negocio, quizá más horas que las que pasa con su familia o con su pareja, así que si no está enamorado del negocio no va a poder tener la paciencia para entenderlo, se va a desesperar cuando no vea un resultado o simplemente le va a ser infiel. Tener un negocio propio es como estar casado, por eso tiene que estar enamorado para aguatar las épocas de crisis y disfrutar las de bonanza.

Alguien me decía que si uno logra tener un negocio y amarlo, nunca tendrá que trabajar, y es así, si siente pasión por lo que hace sus horas en el trabajo serán placenteras y no una tortura.

Muchas personas cuando deciden tomar el paso de empezar un negocio propio lo hacen porque quieren trabajar menos, esa es la peor excusa que yo he escuchado, la verdad yo la dije hace muchos años cuando decidí empezar mi propio negocio. Un emprendedor no tiene horario y seguramente si pensaba  trabajar menos… ¡prepárese porque ahora va a trabajar más! Pero entonces ¿cuál es la ventaja de tener un negocio propio? Se preguntará.

La gran ventaja es la libertad, siempre y cuando usted pueda sistematizar su negocio para no terminar consumido en él. Recuerde que no está buscando un trabajo, está creando una empresa. Si lo que quiere es un empleo, quédese en el que tiene ahora donde seguramente tiene un mejor jefe que el jefe que tendría en su propio negocio.

Tenga en mente que el objetivo es tener una empresa que trabaje para usted, no que usted trabaje para ella.

Si hizo bien la tarea, debe tener una lista de las 10 actividades que mejor hace. Ahora escriba los 10 negocios que considera tienen más futuro en su mercado. Y escriba en otra lista los 5 negocios que quisiera emprender.

Una vez tenga esta lista subraye las actividades o negocios que se repiten en cada una de ellas. Por ejemplo, si le fascina cocinar, quiere tener un restaurante y considera que la comida puede ser un negocio con futuro, ya hemos encontrado una buena pista. Pero si a usted no le gusta el ruido, detesta trasnochar y quiere empezar un centro nocturno, hay algo que no encaja, así el negocio pueda ser de futuro en su área.  Nunca empiece un negocio solo pensando en que es un buen negocio, los “buenos” negocios son buenos en la medida en que uno se divierte trabajando en ellos.

Para analizar cuáles pueden ser los negocios con potencial, examine negocios que puedan tener crecimiento actual o futuro. Negocios que no estén saturados en su mercado, que tengan posibilidad de tener clientes y que sus clientes tengan la capacidad económica para consumir sus productos o servicios. Negocios donde tenga la capacidad de fijar el precio. Aléjese de negocios basados en competir a base de precio. Y busque negocios donde usted tenga conocimiento o lo pueda adquirir fácilmente.

Analizadas estas tres variables vamos a tener visión de qué tipo de negocio es el mejor para usted. Recuerde que el orden no necesariamente es qué me gusta, para qué sirvo y cuál es el potencial. El orden puede ser qué necesidad existe, qué deseo y cuál es el potencial.

Hace algunos años Julie Aigner-Clark una ama de casa necesitaba entretener a su pequeña hija de 18 meses, fue a la tienda de videos en busca de una buena serie educativa para niños pequeños. No encontró nada y decidió crear sus propios videos, invirtió $18,000 de sus ahorros y así en el garaje de su casa, el sitio preferido para los negocios exitosos, nació “Baby Einstein”, una empresa de material audiovisual para preescolares.

Baby Einstein vendió un millón de dólares el primer año como negocio casero, dos años más tarde, en el año 2000, sus ventas alcanzaban los 10 millones y un año más tarde fue adquirida por Disney. Julie Clark descubrió una necesidad, entendió el mercado, vio potencial, se enamoró de lo que hacía y actuó, empezó un negocio exitoso.

Ella no era diferente a cualquiera de nuestros lectores, la cantidad invertida no fue exorbitante, la idea era buena, pero no “genial”. Lo que hizo Julie, fue crear un plan y pasar a la acción, concretó una idea, hizo realidad un sueño.

Como Julie hay muchos empresarios que hoy están pensando en sus pequeños “Baby Einstein” por eso le dejo una tarea para el próximo mes, quiero que analice el potencial de su mercado e identifique necesidades “únicas”.

Y recurede que si sueña y cree en sus sueños corre el riesgo de lograrlos.

LUIS EDUARDO BARÓN
LasClavesSecretas.com