En dos ocasiones recientes me referí al boletín electrónico para hablar de cómo evitar que sea un dolor de cabeza y para destacar algunos de sus usos útiles. Dado que este es uno de los pilares de tu estrategia de marketing, la herramienta que te permite contacto directo con tus prospectos y clientes, ahora te diré por qué es conveniente que incluyas contenido relacionado contigo, tu quehacer, tu experiencia, tus opiniones.

Alguno podrá decirme que este no es un espacio de opinión, y tiene la razón. Sin embargo, hay una premisa que justifica este uso: porque es la forma más adecuada para darle a entender a tu audiencia que está comunicada con un ser humano que piensa, siente, sufre, goza, triunfa y se equivoca, de la misma manera que le ocurre a cualquiera. Ese, créeme, es un camino muy efectivo para construir credibilidad, para generar esa confianza que es imprescindible.

Nadie mejor que tú conoce a tus clientes, nadie mejor que tú sabe qué desean, nadie mejor que tú sabe qué los inquieta, nadie mejor que tú conoce sus debilidades, nadie mejor que tú sabe cuáles son sus sueños. Entonces, nadie mejor que tú, haciendo gala de la condición de experto, para orientarlos, para indicarles cuáles es el camino, para compartir experiencias sobre las dificultades, acerca de los errores que deben evitar.

Tu ADN personal y el de tu negocio deben reflejarse en el boletín electrónico.

Con frecuencia, sin embargo, veo que muchos emprendedores omiten aparecer en sus propios boletines electrónicos. Un tema es dedicar el contenido exclusivamente a hablar de uno mismo, lo que raya con la egolatría, y otro muy distinto es saber sacar provecho del conocimiento, de la experiencia, de la condición de experto, lo cual está permitido y además es conveniente. Piénsalo así: en un periódico, siempre hay un editorial, que no es más que una guía para los lectores.

Otro argumento: si el boletín electrónico es el medio por el que te comunicas con tu audiencia con mayor frecuencia, debe estar impregnado con tu ideología, con tu personalidad, con tu visión del mundo. Eso, precisamente eso, es lo que identifica con tus clientes, uno de los motivos más poderosos por los cuales te siguen. Incluir contenido, enlaces, publicidad, artículos externos (de otros expertos) no sirve si el boletín no tiene lo más importante: tu sello personal.

Repito: al que recibe tu boletín electrónico le interesa, le gusta saber que está conectado con alguien de carne y hueso, no con un robot. Quiere saber si esa persona comulga con sus intenciones, con sus creencias, con sus temores; si es más que un generador de contenido (que puede ser muy bueno, pero que a la larga se vuelve frío y distante), si tiene sentimientos. Recuérdalo: se trata de una relación, y el calor humano, el afecto y las opiniones no solo tienen cabida, sino que son necesarios.

No tengas miedo de darte a conocer, de mostrarte tal cual eres con tus virtudes y, por supuesto, con tus defectos. ¡Todos los tenemos! Y habla de tus errores, comparte tus experiencias negativas y enséñale a la audiencia cómo te afectaron y, sobre todo, cómo las superaste. ¡Ese material es oro puro, no lo deseches! En los negocios, como en la vida, algunos no estarán de acuerdo, unos te criticarán y otros te repudiarán. ¡No importa!

El boletín electrónico debe reflejar el espíritu de tu negocio.

Esa, créeme, es una forma de selección natural de tu audiencia, de tus clientes: el que no crea en ti, al que le genere desconfianza lo que piensas, el que dude de tus capacidades no va a ser un cliente, sino un problema potencial. Es posible, inclusive, que alguien se ofenda por lo que dijiste y cancelará su membresía o se dará de baja de tu boletín electrónico: no te incomodes, son personas que llegan buscando algo específico, pero no van a comprar, ni ahora ni después.

Debes entender una premisa: más allá de la credibilidad que hayas construido, de tu condición de experto, de la confianza que tu audiencia te tenga, no siempre tus clientes van a estar de acuerdo con lo que digas, con lo que piensas. Esa es la dinámica del aprendizaje, por eso una relación de negocios es enriquecedora para las dos partes. Lo importante es que seas honesto en, que seas coherente.

Un par de recomendaciones finales: sé auténtico, sé tú mismo. No finjas, no intentes ser simpático, no quieras complacer a todo el mundo. Por otro lado, no olvides que un boletín electrónico combina el contenido valioso y la asistencia de calidad, por lo que no debes confundirlo con una carta comercial o una columna de opinión. En internet, la información valiosa es el gancho más efectivo para garantizar el tráfico cualificado, que es el primer paso para la conversión de los prospectos.