Los boletines electrónicos suelen ser la mayor fuente de dolores de cabeza para muchos emprendedores. Ciertamente, la elaboración de este material ocupa buena parte de nuestro tiempo productivo y a veces nos queda la sensación de que es tiempo perdido, porque no se consiguen los resultados esperados. Y esa, sin duda, es una combinación negativa teniendo en cuenta que es una herramienta poderosa y, sobre todo, necesaria.

Como he expresado en otras ocasiones, ocurre que la gente se enfoca en lo que no es importante: el diseño, los colores, en presentar una foto bonita, en parecer simpático y con buen sentido del humor. Una dosis de cada uno de esos elementos es buena, pero el ingrediente fundamental debe ser el contenido. Eso es lo que verdaderamente te diferencia de la competencia, del resto del mercado, y te permite destacarte.

El boletín electrónico pone un mundo de oportunidades a tu alcance.

No importa si eres un experto en la materia, no importa si tu lista de suscriptores es grande, no importa qué herramienta utilizas para difundir los mensajes; lo único que al receptor (tu cliente) le interesa es el contenido. Obviamente, buen contenido con buen diseño es doble impacto, pero buen diseño con contenido vacío no sirve. Lo mejor, sin embargo, es que la solución a este eventual problema la tienes tú, y debes concentrarte en aplicarla.

¿Cuál es la clave? El conocimiento que tienes de tu público objetivo. Porque, ¿conoces bien a tus clientes, cierto? ¿Ya definiste su perfil, detectaste sus gustos y aspiraciones? Si la respuesta es negativa, ¡ahí está el problema! Quiere decir que te saltaste el primer paso del proceso, ese de investigar el mercado y establecer muy bien sus características antes de lanzar tu producto o servicio. Entonces, aplica reversa y comienza por ahí, porque esa información es fundamental.

Si la respuesta es afirmativa, no sobra que hagas una revisión del perfil de tu cliente y de la estrategia de marketing que empleas, porque alguna de esas dos variantes puede estar fallando. Porque, no sobra recordarlo, no se trata de publicar por cumplir, simplemente porque hay que mantener contacto con el cliente. El boletín electrónico es una herramienta útil siempre y cuando se tengan claros los objetivos que se persiguen y llegue al público específico. Veamos unas sugerencias:

El contenido editorial: el cliente te verá como un experto y con el tiempo empezará a confiar en tus consejos y recomendaciones. Por lo tanto, hay que saber sacar partido de ese hecho. ¿Cómo? Aprovecha los contenidos y mézclalos con opiniones, con tu visión del mundo, con reflexiones producto de tus experiencias y conocimiento. No se trata de pontificar, sino de orientar a quien recibe el mensaje, de crear y enriquecer el vínculo con esa persona.

El artículo principal: sin duda, este es el componente más común de los boletines, y también el de mayor importancia porque es el que transmite el contenido central. La recomendación es que no incluyas el artículo completo, o demasiado texto, y más bien asegúrate de que la temática esté acorde con la línea en la que eres experto, con tu filosofía, con tu prédica. A mí me gustan mucho los artículos didácticos, que abordan una problemática y aportan soluciones.

El boletín electrónico no tiene por qué se un dolor de cabeza.

Noticias e historias: mantener a tus clientes y lectores actualizados de lo que ocurre en el mercado es una prioridad. Informa sobre eventos y acontecimientos, haz análisis de las tendencias que marcarán el futuro, ofrece recursos que sean útiles para mejorar la productividad de tus clientes. Eso es algo que, sin duda, te van a agradecer y que contribuirá a fortalecer la relación, a enriquecer tu credibilidad, a obtener más prospectos.

Evaluaciones: este es un punto muy importante, porque es cuando te pones en los zapatos de tu cliente, algo que él valora mucho. Dado que eres el experto, evalúa productos que interesen a tu gente, dile porqué debe usarlos, o porqué descartarlos; sugiérele herramientas, bríndale consejos para ser más productivo y ahorrar tiempo y dinero, en fin. No te encasilles en productos propios: mira los de tus asociados, los de afiliados, incluso los de la competencia.

El boletín electrónico no tiene por qué ser un dolor de cabeza, tampoco un tiempo perdido. Recuerda que es la herramienta más común para conectarte con tus clientes, con el mercado, y debes tener cuidado con lo que transmites. Como en otros aspectos, no hay fórmulas perfectas, pero sí sugerencias, como las que te ofrecí, que sirven para que esa tarea te arranque una sonrisa, no una mueca de dolor. Hasta pronto…