Una de mis palabras favoritas es reinventarse. Mañana estoy invitado a un panel en la Universidad del Sur de la Florida para hablar sobre “El Poder de la Visión” y específicamente de reinventarse.

Yo llegué hace 11 años a este país, no con la idea de quedarme, solamente de estar un año y que mis hijos aprendieran un idioma y por cosas del destino, me quedé y me tuve que reinventar.

Decidí empezar un negocio, algo que nunca había hecho en mi vida, pero que me gustaba, era afín a lo que sabía hacer y que había encontrado que existía una necesidad.

Junto a mi esposa, decidimos empezar una revista. Analizamos el mercado hispano  en el área donde vivíamos, vimos la competencia y supimos que había una oportunidad.

Sin capital, con el conocimiento normal y mi capacitación escuchando audiolibros de la biblioteca, leyendo revistas, fui aprendiendo del negocio y del manejo de una empresa.

Empezamos nuestro negocio y rápidamente la revista se fue convirtiendo en la publicación número uno del área, al poco tiempo, tuvimos nuestro primer empleado, luego el segundo y así tuvimos que sacar el negocio de mi cuarto y de nuestra casa.

A los dos años ese pequeño emprendimiento comenzaba su segundo producto, un periódico. La facturación que había empezado a duras penas cubriendo los costos, terminó el primer año con un poco más de 32.000 dólares y en menos de tres años se había alcanzado el millón.

Durante estos 10 años hemos ganado premios al negocio del año en diferentes ciudades, he sido nombrado empresario del año y uno de los 5 visionarios de Estados Unidos. Y nuestras publicaciones ha sido reconocidas muchas veces por su calidad editorial.

¿Qué hice yo diferente a las personas que habían empezado una revista aquí mismo y a las que empezaron después? Creo que la gran diferencia es que analicé el mercado, hablé con la gente para crear un producto que fuera para ellos y no para mí. Me identifiqué con mis lectores, pensé en grande  y puse como mi propósito de negocios una frase sencilla, si a mi cliente le va bien, a mi me va mejor.

La clave del éxito fue aprender, estudiar sobre la creación de empresas, enfocarme, pasar a la acción y perseverar.

Yo se que muchas de las personas que me leen deben estar en mi misma situación, hace  11 años yo tenía 40, me daba susto empezar un empresa y fracasar. Necesitaba sacar adelante a mi familia y en este país no tenía a nadie para pedirle ayuda. Así que hice lo que tenía que hacer, empezar, porque fracasar no era una opción, así que la borré de mi diccionario y solo tenía una meta, tener éxito y convertir la publicación en la mejor del área y del país.

Si usted tiene la ilusión de tener su propio negocio, no lo dude más, prepárese, siga los pasos y hágalo. Si yo pude hacerlo, usted también podrá. Yo no soy un ser especial, no soy más inteligente que usted, no soy mejor que usted. Solo hice algo que usted no ha hecho, empezar.

Alguien me enseñó que la vida es como un gran buffet lleno de comida deliciosa que todo el mundo quiere alcanzar. Para comer usted solo necesita dos cosas, una, ponerse en la fila y la segunda, no salirse de la fila.

¿Cómo va a saber si su negocio puede ser exitoso si no lo comienza? Y si lo hace y lo cierra al poco tiempo tampoco lo va a descubrir.

Perseverancia y acción van de la mano. Y visión y reinvención son a la final una sola palabra, una que se traduce como éxito.

Mañana iré al panel a decirle a la audiencia lo mismo que plasmé acá, el mismo mensaje, empiece su negocio, no hay mejor tiempo que este para hacerlo y busque a alguien que haya recorrido el camino para que lo guíe.

Luis Eduardo Barón
Autor de «Las Claves Secretas de Un Negocio Millonario»