La inversión que usted haga en publicidad, sobre todo cuando es publicidad que es susceptible de ser medida, no es nunca un gasto: es una Inversión.

Le hago la pregunta en otro aspecto. Si usted sabe con certeza, porque ha hecho los test correspondientes, que por cada dólar de publicidad usted genera dos dólares en ventas, o mejor aún, dos dólares en utilidades, ¿cuánto invertiría usted en publicidad? No habría límites. Si yo sé que por cada dólar recupero el dólar y me gano otro dólar, invierto toda la publicidad del mundo mientras siga conservando los mismos números.

De manera que sobre todo hoy en Internet, pensar que los gastos en publicidad son gastos, realmente es un error.

¿Cómo derivar tráfico altamente segmentado de clientes potenciales para su sitio Web, que compren sus productos o sus servicios? La respuesta es: la Publicidad de Pago Por Click.

La Publicidad de Pago-por-clic

El modelo más popular, más conocido y más utilizado es el de Google AdWords y más recientemente la opción de publicidad en Facebook.

Si usted ha visitado Google, usted ha visto que en la columna lateral derecha aparece publicidad. Los anunciantes pagan a Google por aparecer en ese espacio de los motores de búsqueda e, incluso, en lo que en Google AdWords se conoce como la ‘Red de Contenidos’, es decir, sitios Web que están colocando publicidad contextual de Google AdWords en sus respectivos blogs o sitios Web.

De manera que si yo empiezo a hacer publicidad con Google AdWords y estoy invirtiendo diez dólares al día, pero se me están produciendo veinte dólares en venta, que son veinte dólares de utilidad porque es un producto digital, realmente yo podría estar invirtiendo en publicidad más de diez dólares; podría estar invirtiendo 100 dólares y ganando 100 dólares a la vez, o sea, pago los 100 dólares y tengo de utilidad otros 100 dólares. Si estoy obteniendo utilidad de 100 dólares al día, al final del mes he producido 3000 dólares en ganancia.

Entonces, es bien importante que se quite la mentalidad de que «la publicidad es un gasto» y que solamente funcionan los «métodos gratuitos«.

Realmente, no creo que existan métodos de generación de tráfico gratuitos, porque independientemente de que usted no le esté pagando a otra persona, para obtener ese tráfico usted sí está invirtiendo su tiempo. Si usted no sabe cuánto vale una hora de su tiempo, quizá está gastando más de lo que haría si estuviera invirtiendo inteligentemente en publicidad.

Yo no sé cuánto valga una hora de su tiempo, pero digamos que una hora de trabajo suya cueste diez dólares. Si usted está dedicando ocho horas al día para generar tráfico hacia su sitio Web con los métodos tradicionales gratuitos, quiere decir que usted está invirtiendo 80 dólares al día en publicidad o en inversión de su tiempo para generar ese tráfico. De manera que no es un tráfico gratuito, su tiempo vale y el tiempo es oro.

Hoy en día, yo no me puedo dar el lujo de hacer manualmente muchas de las cosas que hacía. Mi empresa no soy yo solo, ni yo hago cosas que para mí no representan el valor real de mi tiempo. Por eso es que uno empieza a subcontratar personas o a subcontratar servicios o subcontratar empresas.

Le doy un ejemplo muy sencillo. Yo no soy un diseñador Web, soy muy malo artísticamente, gráficamente puede que yo le diseñe una página Web, pero tampoco va a ser la mejor página Web del mundo, mejor desde el punto de vista de diseño. Y si bien lo he hecho y me he creado cosas decentes, esa no es mi especialidad. Puede que yo diseñando ese sitio Web me gaste cuatro o cinco o diez horas, mientras que una persona que realmente vive y respira el diseño Web, lo va a hacer en una o dos horas, y le pago una o dos horas de su tiempo y no diez horas de lo que equivale a mi tiempo. Si yo me pusiera a hacer los cálculos de lo que esas diez horas de mi trabajo, haciendo cosas en las cuales yo no soy especialista, podría haber contratado al diseñador número 1 del mundo, mi sitio Web sería en oro.

Estas son algunas de las cosas que usted puede tercerizar. Ahora, por ejemplo, uno de mis boletines electrónicos tiene 350.000 suscriptores. Si yo hiciera eso manualmente, desde el ordenador de mi casa, sería una labor de horas enviando toda esa cantidad de emails, o si tuviera que mandarlos yo uno a uno o por lotes de diez o de cien, como generalmente la gente empieza con un boletín electrónico, entonces, ¿qué hace uno? Uno subcontrata los servicios de una empresa especializada en ese tema o compra el software necesario para automatizar el sistema y liberarse uno el tiempo y, sobre todo, los recursos locales.

Cuando yo comencé, todos mis emails salían localmente desde un computador. Cuando ya pasé de los diez mil suscriptores, básicamente mi computador quedaba atado por horas mientras que iban saliendo email por email por email. Y simplemente, las cosas así no funcionan.

El objetivo principal de este artículo es hacerle entender que el tal tráfico gratuito, no existe, a no ser que su tiempo valga cero. De manera que cuando esté haciendo cálculos, trate de calcular cuánto es que cuesta su hora. Yo no sé cuánto ganará en su moneda local, divida eso entre cuatro; para cuatro semanas que tiene cada mes, divídale entre 40 horas que es normalmente lo que trabajo uno a la semana, y ese es el valor de lo que vale su hora con su trabajo tradicional. Ahora multiplique la cantidad de horas que usted está invirtiendo para generar tráfico o para participar en foros o para hacer alianzas, etc., cualquier otro tipo de método gratuito que a usted se le ocurre, y verá que efectivamente tiene un costo.

El segundo punto al que quería llegar es que la publicidad bien hecha es muy potente y es susceptible de ser medida. En Internet, a mí no me interesa tener publicidad que me genere simplemente marca o branding. A mí me interesa hacer publicidad que yo pueda medir, es decir, que yo sepa que yo invierto un dólar en publicidad y estoy recuperando ese dólar y obteniendo una ganancia. Esa herramienta y esa posibilidad se la da a usted las campañas de Pago Por Clic del estilo Google AdWords.

Si le interesa la publicidad susceptible de ser medida, le recomiendo: «Publicidad Científica» de Claude Hopkins.

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