Hoy en el «El Show Del Padrino» Álvaro nos revela cómo un empresario piensa de una forma totalmente diferente a la de un dueño de un negocio. También hablamos sobre la elasticidad de precios.

Este tema, que equivale al 4to capítulo de su libro «7 Claves de la Prosperidad Empresarial» (pronto en Español).

7 Reglas de la Prosperidad Empresarial

1. Definir Un Mensaje Claro
2. Elegir el Mercado (Público) Adecuado
3. Usar el Medio o Medios Adecuados de Respuesta Directa
4. Pensar como un Empresario
5. Crear Sistemas Efectivos
6. Obtener el Máximo Valor de Tu Día
7. Construir una Red de Soporte Poderosa

¡Bienvenido! Si has seguido las publicaciones anteriores, espero que te hayan servido y que esta te dé nuevas herramientas para cumplir tus sueños. Si apenas te unes, te invito a que revises los videos anteriores, las reglas 1, 2 y 3 que contienen conceptos muy importantes. Esta, la # 4 de mi libro 7 claves de la prosperidad empresarial, te propone un reto: aprender a pensar como un empresario.

¿Y qué es un empresario? Digamos que no es aquel que tiene un producto o un servicio, por muy buenos que sean, sino el que tiene un producto o un servicio y logra ventas significativas con ellos.

Podría parecer un juego de palabras, un acertijo semántico, pero en verdad es la diferencia entre tener o no tener éxito en los negocios. Y ya verás por qué. En Estados Unidos, la marca Walmart, una cadena de almacenes por departamentos con tiene 65 000 tiendas bajo 65 marcas en 28 países, y que según la lista Fortune Global 500 es la tercera mayor corporación pública del mundo, es la pesadilla de sus competidores.

No solo porque vende a precios notoriamente más bajos que el resto, sino porque cuando se instala en alguna ciudad o pueblo espanta al resto. Muchos se rinden porque creen que sus clientes se van a pasar a Walmart para ahorrarse 60 centavos de dólar en un paquete de pan.

Si de alguna manera te identificas con esa situación, prende las alarmas, porque estás a un paso de echar a perder tu negocio. ¿Por qué? Una característica del ser humano, y te lo digo como sicólogo que soy, es atribuir a otros, a factores externos, las razones de mis errores, de mis propias limitaciones, de mis miedos.

¿Cuál es la solución? Tomar las riendas de la situación. Si analizas casos de emprendedores exitosos, y yo soy uno de ellos, verás un aspecto común: donde otros vieron dificultades y problemas, ellos encontraron oportunidades y soluciones bien para crear productos o para realizar alianzas estratégicas. ¿Cómo consiguen ellos, entonces, cruzar esa delgada línea entre ser exitoso y ser uno más, uno del montón?

Porque piensan como empresarios, no como simples dueños de un negocio. Dedican sus esfuerzos, recursos y tiempo a catapultar su negocio, a diseñar variadas estrategias de marketing, a convertir en clientes a sus prospectos, a conseguir que estos clientes paguen valores más elevados por productos de alta gama y para que traigan recomendados o referidos.

En otras palabras, están demasiado ocupados en lo verdaderamente importante, mientras los dueños pierden su tiempo en labores que bien podría realizar otra persona. Algo sustancial: no importa si eres abogado, odontólogo, cirujano, plomero o carpintero: independientemente de cuál sea tu especialidad, tu negocio es hacer marketing para sacar provecho de eso que tú sabes hacer mejor que nadie.

Si ya tienes un negocio que funciona bien, enfócate, entonces, en tu cliente. Conócele hasta el mínimo detalle para saber qué le gusta, qué quiere, qué necesita, y proporcionárselo bien sea directamente o a través de alianzas o referidos. Y, especialmente, llévalo a que te pague más por tus productos, más de lo que tú te habías imaginado, más de lo que él pensaba gastar en un comienzo.

Para eso, utiliza el milagro de la elasticidad de precios. ¿En qué consiste? En agregarles a tus productos características adicionales que te permitan incrementar el precio y que justifiquen la mayor inversión. ¿Por qué arriesgarme?, podrás preguntar.

Te doy cinco razones: vas a obtener mayores ingresos, vas a tener más patrimonio, vas a generar más entradas por transacción, vas a ganar más dinero con menos trabajo y vas a tener mejores clientes. ¿Te suena bien? Perfecto. Te invito, entonces, a que veas el video completo, en el que te hablo de esto y mucho más, en el que expongo varios ejemplos que te van a llevar a concluir que si aún no la tienes, necesitas urgentemente adquirir la mentalidad de empresario y acabar con ese pasado como dueño de un negocio. Hasta pronto.

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