Cuando comencé con los negocios a través de Internet una persona se me acercó y me hizo una propuesta de alianza estratégica que, en primera instancia, me pareció lo más descabellado del mundo.

Teníamos un producto similar en aquella época, y ambos eran exactamente lo mismo: estábamos enseñando estrategias efectivas de marketing por Internet.

Me dijo: «Álvaro, ¿por qué no envía un e-mail a su lista promocionando mi producto y yo envío un e-mail a mi lista promocionando el suyo?». En un comienzo, dije: «¡Hagámoslo!». Me pareció interesante la propuesta.

Sin embargo, tenía como cierta desconfianza de hacerlo porque, aún en mí, persistía esa parte de competitividad típica de las empresas offline. Lo hice porque sabía que ambos íbamos a vernos beneficiados de este experimento y los resultados no se hicieron esperar.

Tanto yo vendí mis productos como los de él a nuestras respectivas listas, y ambos logramos posicionarnos como los mejores en nuestro campo en esa época.

Lo que quiero que comprendas es que en Internet no existe la competencia, sino la coopetencia, y lo quiero ilustrar con un ejemplo bien claro:

Si, por ejemplo, te gusta toda la temática de finanzas personales y lo que habla Robert Kiyosaki, no solamente vas a comprar un libro, sino todos los que tiene. Y no sólo los libros de él, sino los que van en esa misma línea de pensamiento de otros autores. Entonces realmente, son materiales complementarios, de tal manera que todo depende desde la óptica con que uno lo mira.

Por eso, considero que en Internet no existe competencia, lo interesante es lograr ver a tus competidores como colaboradores promoviendo productos de terceros y ellos promocionar los tuyos, complementándose unos a otros.

En nuestro nicho de mercado también hay personas que prefieren ser solitarios y lanzan sus propios productos sin hacer alianzas estratégicas con otros importantes representantes de su nicho de mercado dejando mucho dinero en el camino. Por lo tanto sus resultados e ingresos económicos serían mucho mayores si empiezan a establecer relaciones de mutuo beneficio con otras personas.

Los emprendedores o propietarios de pequeñas y medianas empresas en Internet, tenemos como misión principal generar tráfico hacia nuestros sitios web, realizando estrategias para que las personas nos compren. Por eso es importante generar tráfico cualificado, pudiendo comprar publicidad en Google Adwords, banners publicitarios en cualquier otra red, publicar artículos, crear múltiples blogs. Pero ninguna te va a llevar tráfico de una forma tan rápida, contundente y precisa directamente relacionada con tu público objetivo que la credibilidad asociada a la persona que te está endosando tus productos o servicios.

Por ejemplo, puedo llamar a alguno de mis colegas y le digo «Hola, envíame un e-mail a tus suscriptores promocionando el «Club de Marketing«. Y el con seguridad me dirá: «Por supuesto, Álvaro, te envío el e-mail». Él lo envía y, una vez que él oprima el botón de enviar, en cuestión de quince segundos, es muy posible que yo tenga mil o dos mil visitas en mi sitio web.

Este tipo de volumen y calidad de tráfico, no los puedo lograr, así tenga el más alto presupuesto en una campaña en Google AdWords, que sí te va a enviar tráfico altamente cualificado, pero no el volumen que se puede lograr cuando se establece relaciones de mutuo beneficio, típicas de las alianzas estratégicas.